-Me encanta estar aquí. Se puede ver absolutamente toda la ciudad, y a nosotros sólo nos ven las estrellas… Aunque creo que nos guardaran el secreto, ¿no?
-Más las vale, porque como cuenten que estoy con la chica más guapa de la ciudad y alguien me la intente quitar vamos a tener un problema.
Así se pasaban las mañanas Lily y Mario, sin mirar a ningún lado… Y a lo mejor por eso podréis entender que es lo que tenía Mario que le hacía tan especial, y es que Lily nunca se había sentido tan querida, nunca había tenido nadie con quien compartir (de verdad) esas vistas, y jamás ninguno de los que tuvieron la oportunidad de subir habían preferido mirarla a ella alegando que “ninguna vista es mejor que mirarte a ti, Lily”.
Me gustaría hacer algo especial ya que este mes cumplo un año con este blog por lo que he pensado que podríais mandarme un relato(del tema que querais) a niccaam@gmail.com y después recibiriaís unos premios en los que elegiría los tres mejores y los iría entregando en mi blog, y cuya fecha límite es el 31/12/2010. Espero que participeis muchisísimo y que salga bien la idea. Un beso enorme a todos, a los que comentais y los que os pasais sólo a leer (aunque espero que dentro de poco comenteis vosotros también).

lunes, 20 de diciembre de 2010
lunes, 13 de diciembre de 2010
La cazadora cazada.
Tal vez debería poneros al día… Hacía ya algunos meses que había pasado lo de Lily y Pedro, él había intentado hablar con ella pero ella había decidido dejar tiempo y espacio (“¡Es imposible que ya haya decidido!” se repetía una y otra vez, seguramente por cobardía a que él la dijera que no la quería y tuviera que cumplir su promesa completamente), pero algo ocurrió en esos meses… Algo que Pedro no se esperaba y que si se lo hubieras contado a Lily te habría llamado loco y se hubiera reído tan fuerte que te habría contagiado su risa (y te hubieran entrado ganas de borrarle los hoyuelos a besos). Lily había conocido a alguien de su trabajo. ¿Qué si estaba enamorada de él? ¡Eso jamás! ¿O te crees tú que un amor como el de Pedro se olvida de un día para otro? Pero, ¿sabéis qué? Que por fin a Lily no le dolía hacer galletas de chocolate, por fin dejaba que otro hombre dejara su olor entre las sábanas, que la encantaba despertarse por las mañanas y que la casa oliera a café y a bollería, o encontrarse post-its llenos de amor por toda la casa. No sé, se la veía sonreír como hacía tiempo que no sonreía. Y a lo mejor por eso fue por lo que ya pasado un tiempo más que suficiente para que Pedro hubiera decidido, ella continuo sin cogerle las llamadas, sin contestarle a los mensajes, sin abrirle la puerta, y en definitiva sin querer verle. Y sabéis que Lily nunca ha sido mujer de un solo hombre, que le gustaba la fiesta más que a nadie en el mundo y que eso de repetir no estaba hecho para ella, pero Mario la había cambiado… Llevaban tres meses como mucho, pero eso era una barbaridad para alguien que sólo te quería una noche y después un “adiós y muy buenas”. La verdad es que la historia no empezó como una historia de amor, empezó como cualquier de los otros ligues de Lily. Ella estaba en un bar, y entró él: se reconocieron, se dieron dos besos, se invitaron a un par (más bien unos cuantos pares) de cubatas y cuando se quiso dar cuenta ya se lo había llevado a la cama… Pero esta vez (como ya os he dicho) fue diferente: él no la dejo sola cuando salió en sol, él la inspiraba confianza y ella se dejo amar. Así que los días siguientes decidió que no era nada malo pillarle desprevenido en el baño y repetir la experiencia, o en la sala de la fotocopiadora, o en la de los cafés… Y así empezaron los pedacitos de amor en post-its sobre su mesa, y así empezaron también a salir los dos juntos a tomarse algo, y así empezaron a aparecerle todos los días tulipanes (su flor favorita) en la mesilla de noche, y así fue como Lily empezó a ver a los amaneceres como algo bonito. Y así fue como Mario convirtió a Lily en la cazadora cazada.
jueves, 9 de diciembre de 2010
Abrázame, por favor.
- Cariño, sólo era una pesadilla… No tiembles así por favor que me estas asustando...
- Soñé que te ibas y no volvías, y sólo con ocurrírseme esa idea el miedo me hielan los huesos. No quiero perderte, se me congelaría la sangre y mi corazón ya no podría bombearla. Es sólo imaginármelo y me entran unas ganas terribles de llorar, de estas que inundaría la habitación con lágrimas, y a la vez de besarte continuamente porque si eso llegara a pasar me arrepentiré de todos los besos que no te di y los momentos que no vivimos... Abrázame, por favor.
PD: Siento tantisísisimo haber estado tanto tiempo sin escribir nada... Voy a intentar ponerme al día con vuestros blogs y espero que no me hayáis olvidado :) Y prometo meterme más a menudo. Un besin enorme a tod@s.
- Soñé que te ibas y no volvías, y sólo con ocurrírseme esa idea el miedo me hielan los huesos. No quiero perderte, se me congelaría la sangre y mi corazón ya no podría bombearla. Es sólo imaginármelo y me entran unas ganas terribles de llorar, de estas que inundaría la habitación con lágrimas, y a la vez de besarte continuamente porque si eso llegara a pasar me arrepentiré de todos los besos que no te di y los momentos que no vivimos... Abrázame, por favor.
PD: Siento tantisísisimo haber estado tanto tiempo sin escribir nada... Voy a intentar ponerme al día con vuestros blogs y espero que no me hayáis olvidado :) Y prometo meterme más a menudo. Un besin enorme a tod@s.
viernes, 13 de agosto de 2010
Lily se despertó y la boca le sabía a alcohol, a humo y a unos labios desconocidos, aunque este sabor últimamente era el más normal. Durante estas últimas semanas se despertaba lo más tarde que podía (se obligaba a dormir cuando el sueño desaparecía) tras una noche de alcohol y sexo. Cuando ella se despertaba el hombre con el que había pasado la noche ya se había ido, había desaparecido tan rápido como apareció (pero eso era algo que ella prefería que pasara). La realidad era que hacia esto sólo para poder cumplir su promesa, para no volver a ver la cara de Pedro nunca más, para no encontrárselo de sorpresa en ningún momento. No respondía a sus llamadas (ni si quiera las cogía) y tampoco a sus mensajes (en los que él siempre quería quedar para hablar, o tomarse algo). Había conseguido cambiar su turno al de por la tarde, y así conseguía evitarle completamente. Parecía que lo estaba cumpliendo y me gustaría deciros que eso la hacia la mujer más feliz del mundo pero no puedo. Lucía una siniestra sonrisa allá por donde iba, y aunque ahora parecía más feliz seguía sin poderse dormir a no ser que se lo imaginara a él a su lado. Se estaba volviendo poco a poco de hielo, y no porque ella quisiera si no porque no tenía con quien expresar sus sentimientos (aunque cuando hablaba con Pedro no le había dicho que era él, sí que hablaba de su enamoramiento de otro al que él siempre repudiaba) y había aprendido a tragarse sus lágrimas en soledad. Pero ese día fue diferente. Él se había enterado de su cambio de turno (de su cambio de vida), y se paso por su casa mientras ella se tomaba su café. Cuando Lily le vio decidió no abrir, en su cara se puso una sonrisa que rápido se cambio a una expresión de miedo, de necesidad. Por su mente pasaron mil pensamientos “Debo hacer como que no estoy, así se irá pronto” “Pero lleva tanto tiempo insistiendo, tal vez debería abrir, enfrentarlo y olvidarme ya” “¿Y si le abro y soy incapaz de seguir con mi decisión?” “¿Y si no le vuelvo a ver nunca más?” “Decidido: no estoy.”
-Lily ábreme, por favor, sé que estas ahí.
Silencio.
-Lily, por favor, necesito hablar contigo.
Silencio.
-Por lo menos dime que no me quieres volver a ver, y te dejare en paz. Pero no podemos acabar así.
-No te quiero volver a ver, jamás, nunca. Vete.
Una lágrima.
-Me podrías abrir la puerta y decírmelo a mí, no a ella.
-¡Que te vayas!
Otra lágrima.
-No hagas esto, Lily por favor. No quiero perder nuestra amistad así.
La puerta se abre.
-Y lo peor de todo es que sigues sin entenderlo. ¿Cómo se puede ser tan estúpido para…?
Él la abrazo, y de sus ojos también cayó alguna lágrima. Ella se separo y se le quedo mirando con dolor y rabia en los ojos.
-Lo siento, ¿vale? Lo siento. Necesitaba verte. Estaba preocupado ya. Y sí, soy muy estúpido. He estado pensando mucho durante estos días, y tenías razón: te quiero, pero no como tú te mereces.
-No digas chorradas, no la cagues más.
-Sé que me he portado como un cretino contigo. He recordado las miles de veces que hablamos de ese “chico” y te dije que era un capullo, que te alejaras de él… Pero yo no sabía que ese “chico” te necesitara tanto, y es que durante estas últimas semanas no te he podido sacar de mi cabeza ni por un segundo. No te estoy diciendo que este enamorado de ti, y tampoco que te merezca… Sólo quiero volver a estar contigo como antes, porque te quiero, joder Lily, claro que te quiero.
-Eso es imposible, Pedro. Nunca vamos a poder estar como antes. No quiero estar como antes, no quiero ser tu pañuelo para que me vengas a llorar por Erika y cuando ella te llame me dejes aquí tirada y te olvides. No puedo seguir mirándote todos los días a los ojos, o ver una peli abrazados sabiendo que no me quieres igual que yo a ti.
Más lágrimas.
-¿Has dejado de mirar al pasado?
-Lo estoy intentando.
-Lily, yo estoy intentando mirar hacia el futuro. Hacia ti. No quiero estar contigo porque no quiero que sufras más de lo que ya has sufrido. Estoy confundido, ¿vale? Sólo sé que sin ti no puedo vivir.
-Pues cuando te aclares hablamos, antes no quiero saber nada de ti.
La puerta se cerró, las lágrimas salieron todas de golpe y en ese silencio absoluto se escuchó un unísono te quiero.
-Lily ábreme, por favor, sé que estas ahí.
Silencio.
-Lily, por favor, necesito hablar contigo.
Silencio.
-Por lo menos dime que no me quieres volver a ver, y te dejare en paz. Pero no podemos acabar así.
-No te quiero volver a ver, jamás, nunca. Vete.
Una lágrima.
-Me podrías abrir la puerta y decírmelo a mí, no a ella.
-¡Que te vayas!
Otra lágrima.
-No hagas esto, Lily por favor. No quiero perder nuestra amistad así.
La puerta se abre.
-Y lo peor de todo es que sigues sin entenderlo. ¿Cómo se puede ser tan estúpido para…?
Él la abrazo, y de sus ojos también cayó alguna lágrima. Ella se separo y se le quedo mirando con dolor y rabia en los ojos.
-Lo siento, ¿vale? Lo siento. Necesitaba verte. Estaba preocupado ya. Y sí, soy muy estúpido. He estado pensando mucho durante estos días, y tenías razón: te quiero, pero no como tú te mereces.
-No digas chorradas, no la cagues más.
-Sé que me he portado como un cretino contigo. He recordado las miles de veces que hablamos de ese “chico” y te dije que era un capullo, que te alejaras de él… Pero yo no sabía que ese “chico” te necesitara tanto, y es que durante estas últimas semanas no te he podido sacar de mi cabeza ni por un segundo. No te estoy diciendo que este enamorado de ti, y tampoco que te merezca… Sólo quiero volver a estar contigo como antes, porque te quiero, joder Lily, claro que te quiero.
-Eso es imposible, Pedro. Nunca vamos a poder estar como antes. No quiero estar como antes, no quiero ser tu pañuelo para que me vengas a llorar por Erika y cuando ella te llame me dejes aquí tirada y te olvides. No puedo seguir mirándote todos los días a los ojos, o ver una peli abrazados sabiendo que no me quieres igual que yo a ti.
Más lágrimas.
-¿Has dejado de mirar al pasado?
-Lo estoy intentando.
-Lily, yo estoy intentando mirar hacia el futuro. Hacia ti. No quiero estar contigo porque no quiero que sufras más de lo que ya has sufrido. Estoy confundido, ¿vale? Sólo sé que sin ti no puedo vivir.
-Pues cuando te aclares hablamos, antes no quiero saber nada de ti.
La puerta se cerró, las lágrimas salieron todas de golpe y en ese silencio absoluto se escuchó un unísono te quiero.
miércoles, 11 de agosto de 2010
Happy 101.
Quiero agradecer a Jime este premio, sabes que me hace muchísima ilusión y más viniendo de ti porque me encanta tu blog, si por mi fuera te lo volvería a dar mil veces. El premio consiste en decir diez cosas que me hagan sonreír y diez blogs que también lo consiguen (no van en orden):
Me hace sonreír...
1. Mirar las estrellas en luna llena.
2. Sentir la telepatía que tengo con otra persona si me habla cuando más lo necesito, cuando sabe exactamente lo que quiero decir con una mirada.
3. Mi hermano: Él en general, a pesar de las peleas siempre consigue ponerme una sonrisa en la cara.
4. Ver amanecer junto a la persona que más quiero.
5. La sonrisa de los niños pequeños, y cualquier sonrisa que me regalen en general.
6. Soñar despierta: imaginarme mil cosas que seguramente jamás ocurran, inventar conversaciones...
7. Que cuando vaya a dormir a casa de mi abuela me despierte sólo como ella sabe y consigue que este de buen humor todo el día.
8. Irme de viaje y recibir mensajes de gente importante diciéndome que vuelva ya, que me echan de menos (y los mensajes inesperados en general).9. Encontrarme con alguien que hacia mucho tiempo que no veía y sentir que nada ha cambiado entre nosotros.
10. Ir a mi pueblo.
Me haceis sonreír...
3. Corazón de papel.
10. ella y sus sensaciones
PD: Vuelvo mañana con otra historia para volver a desaparecer otro tiempo, gracias por seguir aquí. Un beso.
PD: Vuelvo mañana con otra historia para volver a desaparecer otro tiempo, gracias por seguir aquí. Un beso.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)