domingo, 28 de febrero de 2010

En el fondo me encantas.

Me gusta estar contigo.
No sé si es por tu manera de mirarme, o porque cuando sonríes los mofletes se te vuelven irresistibles, o que a tu lado todo parece más sencillo y mejor. Y la verdad tampoco me importa, sólo sé que podría pasarme una eternidad a tu lado, solos tú y yo, encerrados en mi cuarto y me parecería la mejor forma de vivir. Porque sólo cuando estoy contigo veo sentido a mi vida. Porque nadie, excepto tú, es capaz de hacerme sonreír de oreja a oreja y es que lo haces con una facilidad que me sorprendes. Porque en tu mirada yo me puedo perder durante horas, y porque cuando lloro con sólo un abrazo tuyo todo parece solucionarse.

PD: Lo siento por no pasarme por vuestros blogs durante bastante tiempo, estuve muy liada de examenes. Espero poder ponerme al día pronto. Un besazo y gracias por seguir comentando :)

lunes, 15 de febrero de 2010

Y ahora sólo soy un puzzle incompleto.

Comprendí demasiado tarde lo mucho que te amaba. No sé en que momento exacto me di cuenta de que te necesitaba más que al aire. Puede que fuera mientras dormías y yo era incapaz de mirar a otro lado que no fueras tú. O tal vez cuando me demostraste, por decimoquinta vez, que siempre estarías a mi lado haciéndome sonreír aunque se cayera el mundo a nuestro alrededor. A lo mejor fue el día en que me di cuenta de que tu sonrisa lo iluminaba todo y no me hacia falta nada más, o cuando nos pasamos una noche entera mirando a las estrellas. Tal vez fue el día en el que mi cuarto se convirtió en el lugar dónde contarnos nuestros secretos. Quizás el día que intercambiamos un guiño por una sonrisa y sentí al mundo detenerse.
Pero lo más seguro es que me diera cuenta cuando te vi alejarte de mí sabiendo que no volverías jamás y noté como mi corazón se partía en cien cachos, como un puzzle que sabes que te será imposible reconstruir porque perdiste una pieza. Y para cuando me di cuenta de que tú eras esa pieza ya era muy tarde y tú ya habías olvidado que en algún momento ambos completábamos el puzzle del otro y habías encontrado otra pieza que encajaba mejor que yo, dejándome a mi incompleta…

miércoles, 10 de febrero de 2010

Y ahora... Erika.

Erika tiene un corazón frágil, pero lo disimula detrás de cada sonrisa fingida, y la verdad, es que ya no parecen tan fingidas porque se ha acostumbrado a su presencia, al frío que desprenden, al dolor que causan. ¿El motivo? Desde que era una niña sufría las peleas de sus padres, los gritos dolorosos, pensamientos que la torturaban… Y cuando sólo tenía cinco años tuvo que vivir su ruptura, tuvo que ver como se separaban las dos personas a las que más quería, tuvo que dejar de llevar la vida de niña normal por la vida de una niña que dejo de creer en el amor porque no se imagina que es, y tampoco quiere saberlo. Sólo sabe que la gente que lo sufre se atonta, deja de pensar por sí mismo y que al final todo es dolor y lágrimas con sabor a despedida. Nadie jamás la ha visto llorar, ni tras la muerte de su querida abuela derramo una lágrima, y todo el mundo está esperando al día en que la de por llorar porque saben que ese día saldrá un océano de esos oscuros ojos. Bueno, es mentira… Sí que llora, con las películas de amor derrama cuatro gotitas y se las seca antes de que nadie llegue a verla. A lo mejor por este motivo estáis pensando que Erika es una chica triste, pero os equivocarías… Ella siempre ha tenido la confianza de que todo iría a mejor, de que sus sonrisas se curarían, ella siempre ha sentido la seguridad de que cambiaría de opinión. Y él lo cambio (pero es demasiado pronto para hablaros de Víctor). Erika vivía de ilusiones, seguía siendo una niña encerrada en el cuerpo de un adulto. No quería crecer pero sabia comportarse perfectamente cuando eran temas de “adultos” y parecía más madura que todos con los que estuviera hablando. Si os tengo que ser sinceros os diré que ella utilizaba a los chicos a su antojo, a lo mejor por la ternura mezclada con valentía que reflejaban sus ojos o tal vez fuera porque contagiaba esa inocencia a cualquiera que pasara por delante. Mi teoría es que ella les enamora por su belleza. Sería incapaz de describiros a Erika pero os aseguro que si os la cruzarais por la calle os enamorarías de ella. Si tuviera que deciros como era os diría que no era una belleza resultona (como la de Lily), es una belleza especial, es una belleza que podrías ver aunque a ella le diera por llorar y se le quedaran las mejillas negras de rímel, es la clase de belleza de la que te enamoras cuando la ves despeinada y recién despertada, y que te deja con la boca abierta cuando se arregla un poco y con la que nadie puede competir, pero ella tampoco era de arreglarse. Tenía los ojos negros (como los de una noche sin luna) pero con brillos (que se parecían a pequeñas estrellas fugaces) y una sonrisa perfectamente alineada. Seguramente esto era lo que de verdad atraía la mirada de todos, pero ella no quería a ninguno. Esto sólo se puede aplicar hasta el día que conoció a Víctor (historia que os contare más adelante) y se dio cuenta de que estando con él no dolía tanto el amor, ni las sonrisas frías, y las lágrimas también podían ser de felicidad y no un síntoma de debilidad. Él fue ese cambio que ella necesitaba, esa manera de ver la vida, esas lluvias que te llenan de vida… Él era el típico príncipe de cuento de hadas (pero todos los príncipes salen ranas) y la hizo disfrutar de un amor de primavera que jamás nadie podría imaginar, aunque ese amor prometía durar cualquier estación que quisiera enfrentarles. Gracias a Víctor ella también pudo conocer cómo se siente alguien cuando le rompen el corazón, recordó que no lloraba porque las lagrimas no calman ese dolor (y escuecen demasiado), y la sensación de que el respirar es algo secundario. Con él supo lo que es el amor pero también el desamor, el engaño, las mentiras, el amor prohibido… Y gracias a ello Erika aprendió y mucho. Dejo de ser una chica con miedo al compromiso, o al amor. Dejo de dolerle el encariñarse con alguien, aprendió a sonreír de corazón (consiguiendo que su alrededor sintiera la calidez de su sonrisa), aprendió que no podía hacer daño a los que quería y que la vida es un juego en el cual no sólo dependes de ti. Y os contaría ahora mismo que paso entre Erika y Víctor, o qué le hizo él y cómo actúo ella después… Pero yo creo que podréis esperar.

sábado, 6 de febrero de 2010

Adioses definitivos, por cobardes enamorados.

-Adiós.
-¿De verdad crees que éste es un adiós definitivo? No me gustan las despedidas
-Pero los dos sabríamos que esto pasaría, que tendría que acabar… Y no podíamos remediarlo.
-Pero es que a mí no me parece justo. ¿Y ahora qué se supone que debo de hacer con todo este amor que tengo dentro? ¿Qué hago con el cariño? ¿Lo escondo? ¿Me lo guardo por si en un futuro nos volvemos a ver en esta situación? No entiendo por qué si tú me quieres y yo te quiero no podemos estar juntos…
-Sabes que es más complicado que eso, que ahora no podemos hacer nada y las cosas nos han venido así…
-Pues, ¿sabes lo que me parece a mí? Que tú eres un cobarde y que por miedo a reconocer lo que de verdad sientes vamos a perder, los dos, el amor más grande que jamás conoceremos.

martes, 2 de febrero de 2010

Dejate de promesas, y sonrieme.

Sé que prometí muchas cosas pero no fui la única. Te prometí amarte siempre y tú me prometiste estar a mi lado pasara lo que pasara. Te prometí vivir momentos inolvidables y conseguir nuestro propio código secreto y tú me prometiste que me querrías hasta el fin de los días. Yo sigo cumpliendo mi parte, aunque creo que tú ya hace tiempo que te olvidaste de la tuya. Yo sigo esperando tú llamada cada ocho de agosto, y sigo con la esperanza de que te acuerdes de lo que prometiste. Yo sigo soñando contigo y sigo recordando cada milímetro de tu piel, y no puedes reprocharme nada. Pero en el fondo sé que yo a ti tampoco. Porque siempre y cuando ambos sonriamos viendo amanecer estaremos cumpliendo esa promesa.