viernes, 13 de agosto de 2010

Lily se despertó y la boca le sabía a alcohol, a humo y a unos labios desconocidos, aunque este sabor últimamente era el más normal. Durante estas últimas semanas se despertaba lo más tarde que podía (se obligaba a dormir cuando el sueño desaparecía) tras una noche de alcohol y sexo. Cuando ella se despertaba el hombre con el que había pasado la noche ya se había ido, había desaparecido tan rápido como apareció (pero eso era algo que ella prefería que pasara). La realidad era que hacia esto sólo para poder cumplir su promesa, para no volver a ver la cara de Pedro nunca más, para no encontrárselo de sorpresa en ningún momento. No respondía a sus llamadas (ni si quiera las cogía) y tampoco a sus mensajes (en los que él siempre quería quedar para hablar, o tomarse algo). Había conseguido cambiar su turno al de por la tarde, y así conseguía evitarle completamente. Parecía que lo estaba cumpliendo y me gustaría deciros que eso la hacia la mujer más feliz del mundo pero no puedo. Lucía una siniestra sonrisa allá por donde iba, y aunque ahora parecía más feliz seguía sin poderse dormir a no ser que se lo imaginara a él a su lado. Se estaba volviendo poco a poco de hielo, y no porque ella quisiera si no porque no tenía con quien expresar sus sentimientos (aunque cuando hablaba con Pedro no le había dicho que era él, sí que hablaba de su enamoramiento de otro al que él siempre repudiaba) y había aprendido a tragarse sus lágrimas en soledad. Pero ese día fue diferente. Él se había enterado de su cambio de turno (de su cambio de vida), y se paso por su casa mientras ella se tomaba su café. Cuando Lily le vio decidió no abrir, en su cara se puso una sonrisa que rápido se cambio a una expresión de miedo, de necesidad. Por su mente pasaron mil pensamientos “Debo hacer como que no estoy, así se irá pronto” “Pero lleva tanto tiempo insistiendo, tal vez debería abrir, enfrentarlo y olvidarme ya” “¿Y si le abro y soy incapaz de seguir con mi decisión?” “¿Y si no le vuelvo a ver nunca más?” “Decidido: no estoy.”
-Lily ábreme, por favor, sé que estas ahí.
Silencio.
-Lily, por favor, necesito hablar contigo.
Silencio.
-Por lo menos dime que no me quieres volver a ver, y te dejare en paz. Pero no podemos acabar así.
-No te quiero volver a ver, jamás, nunca. Vete.
Una lágrima.
-Me podrías abrir la puerta y decírmelo a mí, no a ella.
-¡Que te vayas!
Otra lágrima.
-No hagas esto, Lily por favor. No quiero perder nuestra amistad así.
La puerta se abre.
-Y lo peor de todo es que sigues sin entenderlo. ¿Cómo se puede ser tan estúpido para…?
Él la abrazo, y de sus ojos también cayó alguna lágrima. Ella se separo y se le quedo mirando con dolor y rabia en los ojos.
-Lo siento, ¿vale? Lo siento. Necesitaba verte. Estaba preocupado ya. Y sí, soy muy estúpido. He estado pensando mucho durante estos días, y tenías razón: te quiero, pero no como tú te mereces.
-No digas chorradas, no la cagues más.
-Sé que me he portado como un cretino contigo. He recordado las miles de veces que hablamos de ese “chico” y te dije que era un capullo, que te alejaras de él… Pero yo no sabía que ese “chico” te necesitara tanto, y es que durante estas últimas semanas no te he podido sacar de mi cabeza ni por un segundo. No te estoy diciendo que este enamorado de ti, y tampoco que te merezca… Sólo quiero volver a estar contigo como antes, porque te quiero, joder Lily, claro que te quiero.
-Eso es imposible, Pedro. Nunca vamos a poder estar como antes. No quiero estar como antes, no quiero ser tu pañuelo para que me vengas a llorar por Erika y cuando ella te llame me dejes aquí tirada y te olvides. No puedo seguir mirándote todos los días a los ojos, o ver una peli abrazados sabiendo que no me quieres igual que yo a ti.
Más lágrimas.
-¿Has dejado de mirar al pasado?
-Lo estoy intentando.
-Lily, yo estoy intentando mirar hacia el futuro. Hacia ti. No quiero estar contigo porque no quiero que sufras más de lo que ya has sufrido. Estoy confundido, ¿vale? Sólo sé que sin ti no puedo vivir.
-Pues cuando te aclares hablamos, antes no quiero saber nada de ti.
La puerta se cerró, las lágrimas salieron todas de golpe y en ese silencio absoluto se escuchó un unísono te quiero.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Happy 101.

Quiero agradecer a Jime este premio, sabes que me hace muchísima ilusión y más viniendo de ti porque me encanta tu blog, si por mi fuera te lo volvería a dar mil veces. El premio consiste en decir diez cosas que me hagan sonreír y diez blogs que también lo consiguen (no van en orden):

Me hace sonreír...
1. Mirar las estrellas en luna llena.
2. Sentir la telepatía que tengo con otra persona si me habla cuando más lo necesito, cuando sabe exactamente lo que quiero decir con una mirada.
3. Mi hermano: Él en general, a pesar de las peleas siempre consigue ponerme una sonrisa en la cara.
4. Ver amanecer junto a la persona que más quiero.
5. La sonrisa de los niños pequeños, y cualquier sonrisa que me regalen en general.
6. Soñar despierta: imaginarme mil cosas que seguramente jamás ocurran, inventar conversaciones...
7. Que cuando vaya a dormir a casa de mi abuela me despierte sólo como ella sabe y consigue que este de buen humor todo el día.
8. Irme de viaje y recibir mensajes de gente importante diciéndome que vuelva ya, que me echan de menos (y los mensajes inesperados en general).9. Encontrarme con alguien que hacia mucho tiempo que no veía y sentir que nada ha cambiado entre nosotros.
10. Ir a mi pueblo.

Me haceis sonreír...

10. ella y sus sensaciones

PD: Vuelvo mañana con otra historia para volver a desaparecer otro tiempo, gracias por seguir aquí. Un beso.