sábado, 24 de julio de 2010

El comienzo de una historia.

Tal vez os pique la curiosidad por saber cómo se conocieron Erika y Víctor, y como empezó la historia de sus vidas. Os puedo decir que a Erika le encantaban los niños, se volvía loca con ellos. También os puedo decir que tenía otra hermanastra (además de Lily) que se llamaba Raquel. A diferencia de Lily, Raquel era hermana aunque no tenían la misma madre. Ella era hija de Héctor, el padre de Erika, y Rachel, la madre de Lily. Aunque no se pasan todo el tiempo que a Erika le gustaría juntas, siempre la saca al parque por la tarde, y la encanta (sobre todo en primavera, cuando todo el parque está floreciendo, llenándose de vida por todas partes y ella sólo puede ver como su pequeña Raquel rebosa alegría por cada poro y sentir como el sol empieza a calentar y a tostar su piel mientras lo único que huele son flores). Allí se quedaba Erika, mirando a su pequeña disfrutar. Allí, también, se sentaba Víctor todos los días tras su salida matutina a correr. Nunca habían coincidido, hasta que él cambio su horario. Un día se sentó en su banco con ella (que tenía una sonrisa enorme porque Raquel estaba encima del tobogán, con un montón de niños, mirándola y saludándola). Víctor la miro, sólo durante el segundo que tardo en sentarse, y su sonrisa le hipnotizo. Él no sabía que tenía esa chica de especial, pero sabía que era algo. Si os soy sincera, ella ni se fijo en él… Estaba demasiado embelesada mirando a su pequeña corretear por allí, y era lo único que la llenaba de paz, que la hacía olvidar cualquier cosa (tal vez por eso la gustara tanto ir con Raquel al parque). Desde ese día Víctor cambió su horario, todos los días se sentaba al lado de aquella desconocida y tras varios minutos de descanso se iba sin recibir más que un “hola” y la sensación de felicidad que ella transmitía. Hasta que un día paso una pequeña “desgracia” que a ellos les cambió la vida: Erika estaba allí, sin quitarle la mirada de encima a Raquel. Igual sucedía con Víctor que no perdía detalle de cada movimiento de Erika. Cuando ya se iba a ir vio a la pequeña Raquel caerse del columpio (de lo que no se dio cuenta es de que Erika en ese preciso segundo estaba mirándole a él) con tan mala suerte que se dio con una piedra en la ceja haciéndose una brecha (cosas de niños). Erika salió corriendo, pero Víctor iba delante (de algo tenía que servir salir a correr todos los días) y se puso al lado de la pequeña antes que nadie, levantándola e intentando calmarla (ya sabréis como es de escandalosa la sangre). Mientras Erika intentaba coger a la niña, él cogió su botella y le limpio la sangre. Después dijo:
-Creo que deberías llevarla al ambulatorio, seguramente la pongan puntos.
-¿Estás seguro? –Pregunto con los ojos llenos de miedo-.
-Estoy estudiando enfermería, si te vale... –Contesto sonriéndola, intentando calmarla- Tengo el coche aquí al lado, si quieres os acerco rápido.
Ella asintió con la cabeza. La sangre había parado y Raquel aun lloraba mientras aquel chico la llevaba en brazos hasta el coche, con Erika pegada a ellos sonriendo a la niña y dándola mil besos. Al llegar allí la pusieron unos puntos. Cuando salieron del hospital a Raquel se le antojo un zumo, y lo pidió aun con cara de pena así que a Erika no le quedo otra que ir a por uno. A su vuelta se encontró a la pequeña riéndose a carcajadas con aquel chico desconocido mientras jugaban el uno con el otro sentados en el capó del coche.
-Ya se te paso el disgusto, ¿eh?
-Es que Víctor dice que soy muy valiente, y que he llorado poco. Que si hubiera sido él seguro que se desmallaba. –Erika sonrió mirándole y él la guiño un ojo-.
-Anda toma tu zumo –Dijo a Raquel, que se sentó en el interior del coche-. Me despiste –confeso con los ojos llenos de culpa- y cuando me di cuenta tú estabas delante y ya habías casi llegado. No sé cómo agradecértelo.
-Tal vez con una cena, no sé…
-Tal vez… -Contesto montándose en el coche-.

PD: Mucho tiempo desaparecida, y supongo que ahora un poquito más porque me voy de vacaciones y no se cuando podré actualizarlo. Muchas gracias a los que seguís pasando y a los que comentais. Un beso.